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jueves, 28 de diciembre de 2006

el rol de los comunicadores sociales en la era de la informacion

El Rol de los Comunicadores Sociales en la Era de la Información
La Globalización y la Misión Reivindicada del Comunicador SocialTal vez se llueva sobre mojado, pero son necesarias las redundancias para justificar la importancia del papel que juegan los medios de comunicación social, y por tanto los comunicadores sociales de oficio, en esta nueva etapa de la humanidad signada por constantes viajes de información de un rincón del mundo a otro sin límites de tiempo ni espacio.
Es preciso entonces reiterar que la revolución en la que se desenvuelve el hombre contemporáneo se caracteriza porque todo aquel que tenga acceso a la red de redes (Internet) tiene a su alcance cúmulos de información innumerables. Así, como el avance tecnológico no se limita sólo a la Red, las sociedades de cualquier país de un hemisferio pueden recibir en vivo y directo, mientras los hechos suceden, información sobre algún acontecimiento que se desarrolle en cualquier rincón de la otra mitad del planeta. ¿Un ejemplo? ¿Cuándo se tuvo noticias en Venezuela sobre el atentado a los torres gemelas del World Trade Center? Así viaja la información en estos días, en tiempo real. Ahora bien, no sólo se trata de información que viaja en tiempo real, sino de grandes dimensiones de información viajando en tiempo real.
Por otra parte, existen otros argumentos que vale la pena destacar para confirmar la vivencia de una real revolución en el área de tecnologías de información y comunicación. El Correo Electrónico y las opciones de Chat son otras innovaciones (ya no tan nuevas) que facilitan la comunicación humana: Cualquier agente de negocios en Venezuela, por ejemplo, con acceso a Internet y correo electrónico, puede comunicarse sin mayores inconvenientes con otro agente de negocios en cualquier parte del mundo que también cuente con acceso a la Red y una cuenta de correo electrónico. El mensaje no tardará más que segundos es ser depositado en el buzón del destinatario, luego de haber sido enviado. Más allá de eso, ambos individuos podrían incluso conversar a través de la Red, del mismo cómodo modo como pueden hacerlo a través de la vía telefónica. Con una opción de Chat, conversarían utilizando el teclado de sus ordenadores, o tomarían los micrófonos y audífonos y conversarían, o activarían sus cámaras Web para hacer contacto visual.
Toda la exposición anterior resulta ya un hecho común para muchos mortales y se trata apenas de una breve muestra de lo que hoy las tecnologías de información le permiten al hombre.
Así, en medio del show tecnológico se habla pues de la ya citada Sociedad de la Información y de una Era de la Información, una etapa donde entra en juego otra noción ya no tan nueva ni poco discutida: La Globalización. Ante la aplicación de la tecnología en casi todas las actividades del hombre, se presenta un cambio en la civilización, una nueva estructura social con grandes y numerosas facilidades para la interacción humana, se producen nuevas costumbres comunicativas, disminuyen las distancias entre países y se crea un amplio escenario para el intercambio cultural y comercial. Desaparecen las fronteras y surge una sociedad universal, la pronosticada Aldea Global de Mc Luhan.
Además, todo parece indicar que el fenómeno de la globalidad apenas comienza. Pablos (2001) dice en este sentido que "A lo largo de la actual aceleración tecnológica, la aldea global avanzada por Mc Luhan será cada vez más una aldehuela cósmica, la Tierra será cada vez más un pañuelo, como asegura el viejo dicho popular de siempre, antes de que el canadiense lo tradujera hábilmente al mundo de la comunicación y acertara plenamente con ello" (Pág. 27)
En este mundo cada vez más pequeño y ataviado de informaciones que vienen y van, los medios de comunicación social y sus profesionales tienen reivindicada su tarea. Porque si bien es cierto que esta globalización permite mayor intercambio y convergencia entre las sociedades, es un modelo que afecta a todos los involucrados; y aunque los conflictos que emergen en esta Sociedad de Información son predominantemente de carácter económico, no se escapa al surgimiento de conflictos de poder, étnicos, religiosos y culturales. En el nuevo contexto, ante el aumento de información, parece que en vez de fomentarse la igualdad de condiciones y conocimientos, se contribuye a incrementar las diferencias entre los status.
Entonces, toda esta utópica revolución de información tiene un aspecto de cuidado: El hombre y la mujer del nuevo milenio son aparentemente más libres porque acceden a mayor información, pero se presenta al respecto un conflicto: Habrá una sociedad privilegiada con gran acceso a los sistemas de información, (esa sociedad de la información que lejos de corresponder a la integración de las civilizaciones coloca el poder en manos de un mínimo sector beneficiado que podrá dominar al resto) y colectividades con un cúmulo de información en sus manos que tal vez no sepan cómo procesar ni manejar.
Ciertamente, tampoco se ahonda en ningún tema novedoso cuando se hace referencia a expresiones como "la brecha digital", porque en Internet sí existe una brecha, esa que existe entre quienes tienen acceso y quienes no. Ahora, sin embargo, existe la esperanza de hacer con el tiempo que esa distancia entre unos y otros disminuya, hasta que la mayoría humana pueda considerarse, en algún momento de su quehacer cotidiano, cibernauta.
Pero también está dicho que esta nueva etapa apenas comienza, que son diversos e infinitos aún los debates que pueden darse a su alrededor. En un espacio un poco más optimista, donde realmente se aspire a la democratización del conocimiento, es justo en el cual los grandes creadores de contenidos (comunicadores sociales y medios de comunicación) tienen relevante participación e influencia. Al fin y al cabo se trata, según filósofos, comunicólogos y sociólogos, de un sector que supera la acción de las tradicionales máquinas de coacción (familia, escuela, iglesia).
Los comunicadores sociales -y con ellos los medios- por tanto, deben reivindicar su deber y compromiso como orientadores, formadores, instructores, guías y constructores de civilizaciones. Tienen en sus manos la oportunidad de asumir el desafío de realmente "globalizar" la información y el conocimiento, para que todos esos beneficios que enmarca esta nueva etapa de la historia humana realmente logren llegar a las grandes mayorías del planeta.
En la aldea global de hoy los comunicadores sociales son como siempre los puentes que unen, los intermediarios que permiten recolectar y transmitir mensajes, particularmente en este mundo en el que la información parece serlo -casi- todo.
En la Red: El Comunicador Social Creador de ContenidosComo ya se ha dicho también, Internet es un canal de comunicación de dimensiones impresionantes que da para todo. Sería difícil determinar aquí con exactitud la cantidad de sitios Web que existen actualmente y si se trata de negocios o servicios que nacieron en la red, o que se trasladaron del ambiente cotidiano al ciberespacio, (aunque éste último sea tal vez también muy cotidiano para muchos por estos días) o que mantienen su espacio de mercado tradicional y ahora ocupan también un lugar en la Web.
En fin, gran parte del mundo empresarial ya está instalada en Internet. Si bien es cierto que todavía existe un grupo mayoritario de la humanidad excluido, en el mundo de los negocios es desde donde se ocupa con mayor propiedad el ciberespacio. Los medios de comunicación, como un sector del mundo de los negocios, también están instalados en buena porción en Internet. En síntesis, el asunto es que Internet presenta desde su origen la característica de universalidad -que aparenta decir que en ese ciberespacio caben todos- y aunque faltan muchos por entrar, el número de sitios Web que existen hoy es difícil de precisar para cualquier mortal.
Ahora bien, también se establece una relación directa entre Internet y los conceptos de Revolución y Sociedad de la Información y el Conocimiento. Esto es, porque Internet permite un flujo jamás pensado de información, es un lugar donde sobran datos e información. Cabe preguntar: ¿Quiénes se encargan de organizar los datos, de procesar y colocar en Red la información al servicio del usuario y de generar los contenidos que se publican en la Web?
La respuesta suena simple, si Internet da para todo, todos pueden suministrar datos, ofrecer información y elaborar contenidos para ofrecerlos en la Red. Sin embargo, desde el punto de vista periodístico la situación es más compleja -pero más que una amenaza se trata de una gran oportunidad- porque en los demás canales (medios) de comunicación que se conocen, son precisamente los comunicadores quienes tienen el deber y la responsabilidad de buscar los datos, procesar la información y elaborar el contenido que será expuesto a los usuarios.
En este sentido, Sandoval (2001) comenta que "para escribir sobre un tema no hace falta ser periodista, pero, en cambio, para escribir en un medio de comunicación sí; entonces, si consideramos a la red de redes como un entorno de comunicación, ¿por qué no están los periodistas redactando o incluso diseñando las páginas de administraciones públicas, entidades, universidades, grandes empresas, museos, etcétera que circulan por la red?" (Pág.02)
Ante tal interrogante es bueno destacar que la ausencia de comunicadores sociales en Internet parece ir cediendo en los últimos años debido a las importantes discusiones que han ido surgiendo al respecto; porque los periodistas y comunicadores no están en la Red no porque nadie les haya llamado, sino porque además de ser poco tomados en cuenta, los profesionales de la comunicación social en su mayoría aún observan el ciberespacio con recelo. Para beneficio de todos, estas discusiones ya están abiertas en las escuelas de comunicación en el mundo, pero es un debate que apenas inicia, como sucede con la mayoría de los debates que se refieren a Internet.
Entretanto, Sandoval (2001) adelanta un pronóstico alentador "cuando las empresas hayan montado y organizado su infraestructura tecnológica precisarán de periodistas que llenen sus páginas de contenidos veraces, creíbles y atractivos." (Pág. 02)
Entonces, reconociendo en el comunicador social a un generador de contenidos por excelencia, es evidente que en la Web (el gran espacio disponible para una cantidad infinita de contenidos) los comunicadores sociales tienen una oportunidad única de expansión. Indudablemente, con una formación adecuada que amplíe la noción sobre el ciberespacio y sus oportunidades y desafíos, los comunicadores sociales tienen en sus manos los requisitos fundamentales y necesarios para ejercer su profesión en Internet, ya sea como profesionales de contenidos (que ciertamente lo son) o como ciberperiodistas: una nueva disciplina profesional que nace precisamente en la Red, porque si Internet está cambiando los modos de acceso a la información por parte de los usuarios, si ha revolucionado el proceso de comunicación tradicional, si ha generado reformas sustanciales en la economía mundial y en las empresas de comunicación, cómo no podría significar entonces también cambios dentro del perfil del comunicador.
Aparte de todas las afirmaciones anteriores, es bueno añadir que hace ya un tiempo la Red dejó de representar algún riesgo para los profesionales del periodismo. Ciertamente en los albores de la discusión que aún protagoniza la red de redes en el mundo, hubo algunos indicios de temor sobre la posible desaparición de los medios tradicionales y de los comunicadores sociales con ellos. Ya anteriormente quedó claro que los medios no tiene porqué desaparecer a partir de la llegada de Internet, porque sencillamente todo nuevo instrumento de comunicación no opaca a los ya existentes, cada adelanto tecnológico ha servido por el contrario para mejorar y complementar lo que ya existe. Así, Internet mejora y complementa a los medios tradicionales y a sus profesionales.
Al respecto, Edo (2002) asegura que "la red no sólo no va a acabar con el periodismo sino que, por la cantidad creciente de información que brinda, hace imprescindible un trabajo de documentación, selección y tratamiento de la actualidad que nadie sabe hacer como un periodista. Lo que sí es cierto es que se trata de un periodismo distinto del que se ha hecho hasta ahora –y éste es, sin duda el aspecto que, desde el punto de la docencia universitaria, más nos interesa" (Pág. 04)
Por otra parte, además de la citada brecha digital que se refiere a las diferencias entre quienes tienen acceso a Internet y los que no, existen otras consideraciones que determinan que no todo aquel que tiene acceso a la Red tiene acceso a la información que busca, a algo relevante o de valor. En este sentido, Pisani (2002) dice que "Todos sabemos que la falta de acceso a la información también es un problema en buena parte de las sociedades del mundo desarrollado. Pero hay algo más preocupante: quienes tienen acceso pocas veces consiguen una información útil y relevante." (Pág. 14)
Como respuesta a los precedentes señalamientos, cabe decir que el comunicador social es un "buscador" por excelencia de información, por tanto, también tiene en la Red el deber de servir al procesamiento y búsqueda de datos e información para la creación de valiosos contenidos. En fin, destaca aquí de nuevo su misión como puente entre una cantidad inmensa de datos e información y el usuario, al que no sólo puede orientar en su búsqueda sino a quien puede ofrecer con propiedad el contenido preciso que le resulte pertinente.
En conclusión, la Red debe representar un espacio gigante de oportunidades para el comunicador social. Los investigadores de oficio ya han hecho su aporte en este sentido y ya existen documentos que determinan con propiedad todas las áreas de Internet dentro de las cuales el comunicador social tiene capacidad de desenvolvimiento. Queda ahora abierto el espacio para la creatividad, propia de los comunicadores sociales, para abrirse por sí mismos las puertas que en el ciberespacio apenas esperan ser tocadas, porque si hay algo bien claro es que no se puede trasladar a la Red el periodismo de siempre, Internet ya ha impuesto la idea de que las cosas no pueden hacerse ya de la misma manera. Debe ser por eso que se sigue hablando de una Revolución de Información.
6. Conclusión
Comunicólogos y catedráticos del periodismo afirman que el fulgor de Internet y su velocidad de avance impiden asimilar con precisión todo su significado; que particularmente para los medios de comunicación, y en consecuencia para los comunicadores de profesión, la Web - y con ella todos los avances en Tecnología de Información y Comunicación - representa como ya se ha dicho una enorme oportunidad y desafío.
Ahora bien, las oportunidades y desafíos que se desprenden de Internet para la comunicación social son tan infinitas como ese mundo que va creciendo en la Web. La Red invita a los comunicadores sociales, y también a los medios de comunicación tradicionales, a involucrarse de manera provechosa para sacar partido de esas llamadas nuevas tecnologías de información y comunicación de la mejor manera, con intenciones de permitirse ocupar dignamente un espacio en el que prácticamente todas las áreas son una oferta interesante, atractiva y por qué no, excitante: En sentido práctico en cuanto a la generación de contenidos; en sentido filosófico en el análisis de sus implicaciones sociológicas y el impacto en la formación de opinión pública; en sentido comercial en tanto favorezca al proceso del medio masivo como negocio.
Internet incide en la comunicación social al ofrecer no sólo una nueva herramienta para facilitar el trabajo de investigación que supone el buen periodismo, porque nos coloca al mundo más cerca, sino también al permitir un nuevo espacio profesional en el cual desenvolverse y al obligar a la profesión a plantearse una nueva visión de formación.
No se trata de decir de manera airada que Internet y las Tecnologías de Información han afectado o cambiado la comunicación social, porque es evidente que la obligan constantemente a cambiar, así como lo hacen con el resto de las actividades que el hombre desarrolla en el mundo.
Se trata simplemente de destacar la importancia que tiene hoy el hecho de asumir con responsabilidad la tarea de mirar todas las innovaciones tecnológicas que surgen en el área de información y comunicación desde una perspectiva más amplia, porque es imposible ya mirar desde afuera. Todas las afirmaciones que tienen cabida aquí sólo son un humilde intento de mostrar cómo las tecnologías arropan toda actividad de comunicación, para mejorarla en gran medida, y cómo los comunicadores sociales y los dueños y líderes de medios de comunicación pueden hacer que tales innovaciones y mejoras resulten beneficiosas tanto para los medios tradicionales como para la profesión.
Ya no puede dudarse que los medios de comunicación forman parte de las tecnologías de información y que a su vez, en acción complementaria, mejoran con cada invención que surge en el área. Tampoco hay duda de las oportunidades que surgen para los comunicadores sociales en este nuevo orden mundial que impone la llamada Revolución de Información. Pero como toda tecnología resulta beneficiosa para la humanidad en la medida que el hombre reconoce sus atributos y les da uso en esa dirección, queda en manos de los profesionales de la comunicación la labor de continuar planteando las interrogantes e ir buscando las respuestas. Porque definitivamente, el debate apenas comienza.

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